Actualmente, el mecanismo que se utiliza para hacer seguimiento a las listas de espera depende de cada hospital y servicio de salud, lo que, según expertos, refleja ''lo frágil que es el sistema''.
Fuente El Mercurio
El ''terremoto'' que se generó en el Hospital Sótero del Río luego de que se diera a conocer que miles de consultas de lista de espera fueron eliminadas del registro por vía administrativa y que 250 mil fueron borradas en un solo día, no ha dejado de escalar.
Ayer, el subsecretario de Redes Asistenciales, Osvaldo Salgado, aseguró que ''son poquito menos de 20 mil las personas que efectivamente debieron estar en la lista oficial'', y que ellas ya habrían sido trasladadas al listado oficial mediante ''un programa específico para sacar de esa lista de espera a las personas que fueron afectadas''.
Sin embargo, la magnitud del problema fue tal que, pese a que el Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente solicitara la renuncia del director del recinto, Luis Arteaga (a quien, además, le pesó que tenía abiertos otros dos sumarios administrativos), se ha generado una crítica generalizada al mecanismo para gestionar las listas de espera.
Así, no solo la fiscalía anunció una investigación por oficio (ver nota secundaria), sino que también el senador Juan Luis Castro (PS), quien se reunió con la contralora general de la República (s), Dorothy Pérez, adelanta que ''a contar del lunes de la próxima semana, (se) iniciará una investigación a fondo en el Hospital Sótero del Río (…). Una investigación especial de la cual se van a levantar antecedentes en distintos hospitales de alta complejidad del país para verificar cuál es la realidad de las listas de espera hoy día en el país''.
Uno de los posibles problemas de este caso es que a pesar de que solo se ha detectado el ''borrón'' en el Sótero del Río, ello pueda estar ocurriendo en otros recintos del país.
El exsubsecretario Luis Castillo afirma que en el sistema de lista de espera GES ''está muy definido qué es lo que significa retraso, garantía no cumplida, y también está muy definido cuáles son las causales de retiro de la lista de espera (…). Todo este sistema se lleva en forma automatizada''.
Y ahonda: ''Cuando se generan consultas, interconsultas, pasan a un repositorio central en el hospital, ahí van generando y van dando horas. Ahí, en general, se les da prioridad sanitaria a aquellos que necesitan un procedimiento invasivo, aquellos que necesitan la interconsulta rápida porque hay que tomar una decisión quirúrgica, y es en ese lugar donde alguien puede meter mano (…). Basta que alguien apriete un delete y se borra todo''.
Con todo, más allá de un eventual error humano, Castillo apunta que lo más preocupante es que ''aparentemente no saltaron las alarmas de monitorización y fiscalización (…). Puede estar ocurriendo en otros hospitales. Por eso la fiscalización del manejo de las listas de espera es un tema vital, porque tiene íntima relación con la confianza de los ciudadanos, de los pacientes''.
El exministro de Salud Emilio Santelices señala que ''esta situación es el fiel reflejo de lo frágil que es el sistema de registro y de trazabilidad de la lista de espera (…). Hoy el sistema es llevado prácticamente en planillas Excel, en cada servicio, en cada hospital. Y se administra y se reporta a nivel central. Hay muchos operadores que tienen acceso a ese registro y por consiguiente, a poder intervenirlo''.
Para evitar nuevos problemas, expertos dicen que se debe avanzar en otra tecnología, como la utilizada en la pandemia para rastrear, por ejemplo, las camas disponibles mediante un sistema único digital a nivel nacional.
Lorenzo Gazmuri, director de Icare, comenta que junto a la Asociación Chilena de Seguridad y el Ministerio de Salud, elaboraron a fines de 2022 una propuesta para mejorar el manejo de las listas de espera, la cual gira en torno a elaborar una lista única y nacional para gestionar las consultas; optimizar la manera en que se trabaja la contactabilidad a los pacientes y perfeccionar la licitación de estas prestaciones al sector privado.
''Si tuvieras una lista centralizada a nivel país, con una buena gestión de la data y un proceso de licitación permanente, tendrías a un sector privado colaborando de una forma mucho más intensa de lo que hace hoy día para la reducción de la lista de espera. Esos son los tres grandes temas que son estructurales y que, en mi opinión, son simples de resolver, pero requieren voluntad política'', dice.
Similar opina Santelices, quien asegura que ''la responsabilidad de la autoridad, más allá de ir a resguardar la situación particular, es leer esto como una alerta de que tiene un sistema que se le puede estar cayendo en muchas otras partes. Lo que ocurre es que no lo saben (…). Hoy las tecnologías están disponibles para que no sea lo que se llama un sistema patch, un sistema en que tú vas de estación en estación, y que en eso puede haber errores''.
Lo mismo dice Héctor Sánchez, académico del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, quien asegura que ''los sistemas de información son muy precarios''.
''Hoy, tener una información consolidada de cuáles son las listas de espera de todos los servicios de salud y de todos los hospitales, una sola información, que sea consistente, que sea técnicamente validada, es prácticamente imposible'', dice.