Encuesta señala que si en 2021 el 50% de los afiliados decía que se atendía en el sector
privado o en ambos, la cifra se elevó a 55% este año.
Fuente: El Mercurio
Frente a los problemas del sistema público de salud, liderados por la acumulada lista de espera, muchos usuarios evitan ser derivados desde sus consultorios hacia el hospital y optan por
atenderse en clínicas. Es una alternativa que va en aumento. Así lo indica un estudio de Criteria solicitado por la Asociación de Clínicas de Chile, que muestra que, si en 2021, el 50% de los afiliados de Fonasa decía que se atendía en el sector privado o en ambos, la cifra creció a 55% este año.
Hoy, el seguro estatal tiene más de 16,4 millones de personas. De esos, 13,3 millones están en los tramos B, C y D, en los que está disponible la modalidad de libre elección (MLE), con la que pueden optar a prestadores particulares c
La encuesta, que se realizó entre el 17 y 26 de septiembre a nivel nacional y en la que participaron 1.002 usuarios del sistema privado y público, también da a conocer que, ante una enfermedad grave, el 58% de usuarios de Fonasa preferiría atenderse en una clínica antes que en un hospital. ¿Motivos? El 62% afirma que es por mejor atención y el 52%, por la rapidez
“Desde hace varios años, más del 50% de nuestros pacientes son afiliados del sistema público, lo que es especialmente relevante en regiones”, afirma Javier Fuenzalida, presidente del Directorio de Clínicas de Chile.
“La migración de afiliados al seguro público que hemos observado puede contribuir, pero
siempre bajo el entendido de que la atención en prestadores privados se ha valorado crecientemente entre los pacientes como una efectiva y de calidad”, dice.
Pablo Eguiguren, investigador de Libertad y Desarrollo, comenta que los datos arrojados
por Criteria confirman “lo reflejado por la encuesta Casen 2022, en la que un 47% de los encuestados que son afiliados a Fonasa declara que su última consulta de especialidad la realizó en un prestador privado”.
“Esto da cuenta de dos cosas: la primera es la incapacidad del sector público de atender las necesidades de salud de los afiliados a Fonasa, lo que revela la necesidad de mejorar la gestión de los prestadores del Estado”, dice, y añade que “la segunda es la relevancia que tiene la cooperación público-privada”.
Sobre las razones de preferir la atención privada, Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, señala que “el modelo de atención en el sector privado es más sencillo que en el público”. Plantea que en el estatal, al consistir de una derivación desde la atención primaria al hospital, “las personas tienen que moverse a otro centro y una vez que tienen sus exámenes y diagnóstico, son enviadas a un especialista y ahí vienen las listas de espera. Por lo tanto, la gente dice: ‘Mejor me voy al
sector privado’”.
Coincide Manuel Fuenzalida, docente de la U. Alberto Hurtado, quien menciona las extensas demoras: “Aquí inciden, por un lado, la idea de largas listas de espera y, por otro, la necesidad de un acceso más rápido a consultas y procedimientos, esto en particular cuando es una urgencia”. Agrega que “algunos pacientes perciben que el sistema privado ofrece una mejor experiencia”.
Para Daniela Sugg, académica de la U. Diego Portales, “acá se nota que el sistema (público) no
está funcionando. La gente está buscando soluciones, porque, de lo contrario, te vas a quedar esperando”.
El sondeo también indica que el 74% de los usuarios de Fonasa está de acuerdo con descongestionar el sistema público con la derivación de las listas de espera a las clínicas. Con todo, el 69% también cree que es prioritario que el Estado mejore la atención en la red hospitalaria.
A juicio de Fuenzalida, es fundamental avanzar “en la creación de un sistema de derivación centralizado que sea capaz de detectar capacidad en los sistemas público y privado, para asignarla a la solución de la patología que está en la lista de espera”.